32 familias habitan en la zona desde el mes de abril
Nuevos vecinos conformes en la esquina de Salas
Afirman no sentirse discriminados por
los habitantes del sector a diferencia de otras familias adjudicadas en otras
áreas de Caracas; así mismo, los gracianos de tradición aseguran que la convivencia
no se ha visto afectada
Ángel Mujica
Tres
meses han pasado desde que los habitantes del refugio vicepresidencial llegaron
al edificio “Esperanza y Vida” ubicado en la esquina de Salas, el cual fue
adjudicado a estas familias en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Se mostraron agradecidos del buen recibimiento por parte de los pobladores de
la parroquia, de los cuales no han sentido rechazo alguno.
Provenientes
del barrio El Limón ubicado en la carretera vieja de La Guaira. Tuvieron que
abandonar sus viviendas debido a la crisis por lluvias en el año 2010. Desde
ese entonces permanecieron en el refugio Vicepresidencial, en Parque Central.
Fue a comienzos del mes de abril cuando las 32 familias que habitaban el
refugio fueron adjudicadas a su nueva vivienda.
Fanny
Tovar, quien es madre soltera de tres niños dice sentirse muy a gusto en el
sector: “Primero que nada es en el centro, y vamos a estar claros; el centro es
el centro, y pues los vecinos de por aquí de verdad que no nos tratan mal, ni
los comerciantes, no es como a una amiga que la mandaron a Sabana Grande que los
vecinos hasta cacerolazo hicieron cuando llegaron al edificio”.
Pero
aunque siente que ha habido un cambio positivo en su vida y la de sus hijos,
reconoce los problemas que agobian a los habitantes del sector: “El problema es
que como toda Caracas, esto es muy peligroso por acá, hay demasiados
indigentes”. Criticó además la poca intervención por parte de la Guardia
Nacional en la zona, ante los actos delictivos: “Y encima la Guardia que esta
en la plaza no se mueve de ahí, y los malandros se la pasan es de este lado”.
Ángela
Ulloa, habitante de la zona desde hace ya más de 20 años nos comenta: “Bueno
esa gente ni se siente, la verdad, de hecho los pocos que he visto que son de
ahí, se ven bastante decentes”, ella también aprovecho de recalcar las denuncias
recurrentes del sector: “indigentes, malandros, los invasores, la venta de
drogas, entre otros, esos son los verdaderos problemas aquí”.
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