lunes, 2 de julio de 2012

Nuevos vecinos conformes en la esquina de Salas


32 familias habitan en la zona desde el mes de abril
Nuevos vecinos conformes en la esquina de Salas

Afirman no sentirse discriminados por los habitantes del sector a diferencia de otras familias adjudicadas en otras áreas de Caracas; así mismo, los gracianos de tradición aseguran que la convivencia no se ha visto afectada

Ángel Mujica

Tres meses han pasado desde que los habitantes del refugio vicepresidencial llegaron al edificio “Esperanza y Vida” ubicado en la esquina de Salas, el cual fue adjudicado a estas familias en el marco de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Se mostraron agradecidos del buen recibimiento por parte de los pobladores de la parroquia, de los cuales no han sentido rechazo alguno.

Provenientes del barrio El Limón ubicado en la carretera vieja de La Guaira. Tuvieron que abandonar sus viviendas debido a la crisis por lluvias en el año 2010. Desde ese entonces permanecieron en el refugio Vicepresidencial, en Parque Central. Fue a comienzos del mes de abril cuando las 32 familias que habitaban el refugio fueron adjudicadas a su nueva vivienda.

Fanny Tovar, quien es madre soltera de tres niños dice sentirse muy a gusto en el sector: “Primero que nada es en el centro, y vamos a estar claros; el centro es el centro, y pues los vecinos de por aquí de verdad que no nos tratan mal, ni los comerciantes, no es como a una amiga que la mandaron a Sabana Grande que los vecinos hasta cacerolazo hicieron cuando llegaron al edificio”.

Pero aunque siente que ha habido un cambio positivo en su vida y la de sus hijos, reconoce los problemas que agobian a los habitantes del sector: “El problema es que como toda Caracas, esto es muy peligroso por acá, hay demasiados indigentes”. Criticó además la poca intervención por parte de la Guardia Nacional en la zona, ante los actos delictivos: “Y encima la Guardia que esta en la plaza no se mueve de ahí, y los malandros se la pasan es de este lado”.

Ángela Ulloa, habitante de la zona desde hace ya más de 20 años nos comenta: “Bueno esa gente ni se siente, la verdad, de hecho los pocos que he visto que son de ahí, se ven bastante decentes”, ella también aprovecho de recalcar las denuncias recurrentes del sector: “indigentes, malandros, los invasores, la venta de drogas, entre otros, esos son los verdaderos problemas aquí”.

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